El Baile de los Ángeles en el Casino Tropica
La Noche que El Casino Tropica Vivió un Baile de los Ángeles
Eran las once de la noche en el corazón de Las Vegas cuando los residentes del lugar comenzaron a murmurar con nerviosismo y curiosidad. Se decía que se avecinaba una noches inolvidable, una que traería consigo un espectáculo único, una danza etérea que sólo podía ser descrita como el Baile de los Ángeles. El Casino Tropica se había convertido en el epicentro de esta noche mágica, donde las luces brillaban con un brillo especial y la música resonaba en los corazones de todos presentes.
Un Preámbulo Místico
Antes del jugar aquí comienzo oficial, el casino estaba repleto de personas que aguardaban expectantes. La sala principal parecía una gran estancia de un castillo medieval, con lámparas de cristal y cortinas rojas que daban un toque teatral a la decoración. Los asistentes se miraban entre sí, sus ojos llenos de anticipación. En el atrio central, un grupo de músicos tocaba una melodía suave e intrincada, añadiendo al ambiente misterioso y romántico.
En las mesas de craps y ruleta, se respiraba tensión y emoción, mientras que en los corredores se susurraban historias sobre el Baile de los Ángeles. Muchos apostaban a la suerte, creyendo firmemente en la magia misteriosa que se desataría esa noche. Los empleados del casino parecían estar más nerviosos de lo normal, intercambiando miradas significativas entre ellos.
El Inicio del Espectáculo
A las doce en punto, la sala comenzó a vibrar con una nueva energía. Las luces cambiaron su color y se intensificaron, proyectando un escenario que parecía sacado de un cuento de hadas. El techo se iluminó con tonos plateados y azules, creando un efecto similar al de estrellas relucientes en una noche clara.
De repente, el sonido de tacones resonó a través del casino. Un grupo elegante y etéreo de mujeres entró en la sala. Vestían vestidos brillantes y sedosos que parecían hechos de algodón de azúcar, con corbatinas delicadas y joyas plateadas que parecían hacerlas brillar como estrellas.
La Elegancia de los Ángeles
Cada una se movía con una gracia natural que desprendía majestuosidad. Sus pasos eran precisos, pero fluidos, y el aire parecía temblar cada vez que un vestido rozaba otro. Las risas suaves y las conversaciones entre ellas creaban una atmósfera mística. En el centro de la sala, una figura masculina apareció, también vestida con elegancia, con traje oscuro y corbata plateada. Los asistentes se agolparon para ver mejor.
El joven, que parecía ser un ángel caído del cielo, comenzó a danzar. Sus movimientos eran exquisitos y gráciles, como si estuviera bailando sobre una nube. Las mujeres de la sala, cautivadas por su belleza, se unieron a él en el baile.
La Danza Eterna
A medida que la música elevaba la emoción del ambiente, los danzantes parecían flotar. Su pasos se convirtieron en una sinfonía de movimientos, como si cada uno tuviera su propia melodía personal. La sala entera parecía estar llena de ángeles bailando entre las mesas y los corredores, causando asombro y maravilla.
El baile continuó durante lo que pareció ser horas interminables. Los danzantes parecían perdidos en su propia danza etérea, moviéndose con una gracia hipnótica que atraía la atención de todos los presentes. La sala se llenaba de risas y aplausos cada vez que un movimiento impresionante o una figura especial entraba en escena.
Un Fin Misterioso
Hasta que, repentinamente, el baile comenzó a reducirse. Los movimientos se volvieron más lentos hasta que, finalmente, la última pareja se detuvo frente al joven de traje oscuro. Todos los asistentes quedaron en silencio, mirando atentamente.
El joven levantó el brazo y la luz cambió nuevamente, iluminándolo con un resplandor dorado que parecía emanar directamente desde su corazón. Con un gesto, se dio media vuelta y desapareció en una nube de brillo plateado.
Los ángeles femeninos siguieron su ejemplo, cada una hundiéndose en la niebla con un gemido hipnótico que parecía ser el final de su canto celestial. Cuando se dispersaron por completo, el lugar quedó en silencio y oscuridad.
El Amanecer del Día siguiente
Cuando los asistentes volvieron a la realidad, el horizonte comenzaba a iluminarse con el amanecer. El Casino Tropica parecía haber sido tocado por un sueño en lugar de una noche normal. Las historias sobre el Baile de los Ángeles se convirtieron en leyendas que circulaban entre los habitantes del casino y los visitantes.
El ambiente permaneció extrañamente silencioso durante el resto del día, como si la energía especial todavía flotara por encima del lugar. Los empleados parecían más calmados, con una sonrisa en su rostro que parecía no poder desaparecer.
El Baile de los Ángeles se había convertido en un evento inolvidable para quienes lo habían vivido, una noche mágica que siempre quedó grabada en sus mentes. Al día siguiente, cuando las luces del sol calentaban el asfalto de Las Vegas, la leyenda del Baile de los Ángeles en el Casino Tropica se había convertido en un legado eterno.
El tiempo pasó, pero el recuerdo de esa noche no se borró nunca. Cada vez que alguien preguntaba por aquellos misteriosos visitantes, la respuesta siempre era la misma: “Eran los ángeles que bailan una vez al año en el Casino Tropica”. Y aunque nadie había vuelto a verlos desde entonces, la historia del Baile de los Ángeles permanecía viva, un misterio fascinante que añadía un toque especial a la magia de Las Vegas.